Introducción
Los alanos (llamados también alauni o halani) eran un grupo étnico de origen iranio incluido en la familia de los sármatas, pastores nómadas muy belicosos de diferentes procedencias, que hablaban la lengua irania y compartían con ellos la misma cultura en muchos aspectos. Tanto las varias formas para «alano» que se conservan (Αλανοι, Αλαννοι en griego; O-lan-na en chino), como la forma iron (que utilizan sus descendientes modernos, los osetios, para sí mismos), son formas dialectales iranias de la palabraario.
Los antiguos alanos habitaban en la zona en la que supuestamente se incluía a los arios o indo-iranios, los antepasados comunes de los indo-arios y los iranios. La utilización por parte de estos pueblos del término «ario», «iron», «iranio», etc. para autodesignarse eran algo común entre ellos.
Denominación
Los alanos fueron asimismo conocidos a lo largo de la historia por otro grupo de nombres, que incluían las variantes «así», «as» y «os» (yasi en ruso, osi en georgiano). De esta denominación es de donde proviene el actual osetio y el termino griego para el continente Asia.
Los primeros alanos
Los
primeros documentos históricos en los que aparecen nombres que se
han relacionado luego con los alanos datan de fuentes coetáneas, la
geografía greco-latina y las crónicas de la dinastía china del
siglo I a. C. Estrabón, un autor griego nacido en el Ponto (mar
Negro) que también trabajó con fuentes persas, a juzgar por las
formas que utiliza para denominar a las tribus, menciona en su
Geografía (Libro xxiii, capítulo 11.v) a los aorsos, a los que
asocia con los siracos, señalando que el rey de los primeros, un tal
Spadines, podía reunir hasta 200.000 arqueros a caballo a mitad del
siglo I a. C., aunque los aorsos del norte, de quienes habían huido
como fugitivos, podrían enviar muchos más, ya que dominaban la
región costera del mar Caspio.
Y
por lo tanto podían importar camellos de los mercados de India y
Babilonia, recibiéndolos a su vez de los armenios y los medos, y
también, debido a su riqueza, podían vestir ornamentos de oro. Hoy
los aorsos viven en el Tanaïs (río Don), pero los siracos habitan
el Acardeo (río Kubán), que fluye de las montañas del Cáucaso y
desemboca en el Lago Meotis.
Los nombres de lugares y personas que aparecen en las crónicas chinas son objeto de más especulación que las griegas, aunque siglos antes, en la crónica de la Dinastía Han, el Hou Han Shu, escrito en el año 88 del siglo V, se hacía mención a un informe en el que decía que la zona esteparia llamada Yancai era también conocida como Alanliao (阿蘭聊): El Reino de Yancai (literalmente ‘vasta estepa’) ha cambiado su nombre a Reino de Alanliao. Su capital es la ciudad de Di. Es una provincia de Kangju (en el centro de Turkestan, en Bei’tian, movido más tarde a Taskent en Zhe’she).
El clima es suave. Son numerosos los aligustros (ligustrum lucidum), los pinos y la «hierba blanca» (aconitum napellus). Su estilo de vida y de vestimentas son similares a los habitantes de Kangju. En otro capítulo del Shiji, escrito en el 123 (siglo II a. C.), se informaba de que: A unos 832 km al noroeste de Kangju está el Estado de Yen-ts’ai. Sus arqueros entrenados ascienden a 100.000.
Su estilo de vida es similar al de Kangju. Está situado en el Gran Pantano, que no tiene [más] orilla [y presumiblemente es el mar al norte]. Para intentar adivinar la zona de la que habla, hay que saber que el ri chino del período Han difiere de las unidades básicas de distancia del SI, ya que un ri equivalía a 415,8 metros.
El «Gran Pantano» puede ser o bien un cabo del mar de Aral, que está situado no muy lejos de Kangju (entre Taskent y Aralsk hay alrededor de 866 km); o bien las tierras húmedas del delta del Danubio, un obstáculo enorme que entorpecía a los pueblos nómadas que querían internarse al oeste; o bien los aún más impresionantes pantanos del Pripet, en las actuales Bielorrusia y Ucrania.
De ese modo, a principios del siglo I, los alanos habían ocupado las tierras al noreste del mar de Azov a lo largo del río Don. Las fuentes escritas sugieren que entre la segunda mitad del siglo I hasta el siglo IV, los alanos tenían la supremacía de las tribus y habrían creado una poderosa confederación de tribus sármatas. Los alanos supusieron un problema para el Imperio romano, ya que efectuaban incursiones tanto en el Danubio como en las provincias del Cáucaso durante los siglos II y III. El historiador romano Amiano Marcelino sostenía que: «casi todos los alanos son altos y bien parecidos.
Su pelo es normalmente rubio y sus ojos terriblemente fieros». Asimismo, consideraba que los alanos eran los antiguos masagetos: «iuxtaque Massagetae Halani et Sargetae», «per Albanos et Massagetas, quos Alanos nunc appellamus», «Halanos pervenit, veteres Massagetas».
Los hallazgos arqueológicos apoyan las fuentes escritas. P.D. Rau ha identificado restos de los últimos sármatas con los alanos históricos. Basándose en el material arqueológico, fueron una de las tribus nómadas de lengua irania que comenzaron a entrar en el área dominada por los sármatas en los siglos I y II.
Los alanos aparecen por primera vez en los escritos romanos en el siglo I y fueron descritos más tarde como gentes belicosas especializados en la cría de caballos. Atacaban con frecuencia el Imperio Parto y las provincias romanas del Cáucaso. En una inscripción del rey parto Vologeses I se puede leer que luchó contra Kuluk, rey de los alanos, en el 11º año de su reinado.
Esta inscripción está respaldada por el historiador judío contemporáneo, Flavio Josefo (37-94), que escribe en su Guerra de los Judíos (libro 7, capítulo 8.4) cómo los alanos (a quienes llama tribu escita) que vivían cerca del Mar de Azov, cruzaron las Puertas de Hierro en busca de pillaje y que derrotaron a los ejércitos de Pacoros, rey de Media, y Tiridates, rey de Armenia, hermanos los dos de Vologeses I (cuya inscripción vimos más arriba): 4. Había una nación llamada de los alanos, que anteriormente habíamos llamado de los escitas, y que habitaban en el Lago Meotis.
En estos tiempos esta nación tenía a bien atacar Media y áreas ulteriores con el objetivo de realizar pillaje. Con esa intención hicieron un tratado con el rey de Hircania, ya que él era el amo del paso que el gran Alejandro Magno había cerrado con puertas de hierro.
Este rey les dio permiso para atravesarlo y así lo hicieron en grandes multitudes y cayeron sobre los medas sin previo aviso y rapiñaron su país, que encontraron muy habitado, y lo repoblaron de gran abundancia de ganado y nadie se atrevió a oponerles resistencia, ya que Parocos, el rey del país, había huido por miedo hacia lugares de difícil acceso y había cedido todo lo que tenía, conservando solamente a su esposa y a sus concubinas, no sin dificultad, porque tras hacerlas cautivas tuvo que darles cien talentos por su rescate.
Estos alanos, por lo tanto, rapiñaron el país sin encontrar oposición y con gran facilidad. Procedían de la lejana Armenia y en su paso habían arrasado con todo. Era Tiridates rey de ese país y se enfrentó y luchó con ellos y por poco cayó prisionero en la batalla, ya que cierto hombre le tiró una red desde gran distancia y lo hubiera agarrado si no llega a ser porque el rey inmediatamente cortó las cuerdas con su espada y huyó.
De modo que los alanos, aún más enfadados al ver tal hecho, arrasaron el país y se llevaron consigo a muchísimos hombres y una gran cantidad de lo apresado en ambos reinos, y luego se retiraron a su propio país.
Flavio Arriano marchó contra los alanos en el siglo I y dejó un detallado informe (Ektaxis kata Alanoon o La guerra contra los alanos), que es una de las mayores fuentes para estudiar las tácticas militares imperiales, aunque no revela mucho de su enemigo.
Los alanos «occidentales» y los vándalos
Migraciones
alanas y vándalas en los siglos IV y V. Rojo: migraciones; Naranja:
expediciones militares; Amarillo: áreas de asentamiento.
Alrededor
del año 370, los alanos fueron barridos por los hunos y se
dividieron en varios grupos, algunos de los cuales huyeron al oeste.
Una parte de esos alanos occidentales se unieron a las tribus
germánicas de los vándalos y suevos en su invasión de la Galia
romana. Gregorio de Tours destaca en su Liber historiae Francorum
(Libro sobre la historia de los francos), que el rey alano Respendial
salvó la batalla para los vándalos en un choque con los francos
cerca del Rin el 31 de diciembre de 406.
Según
este historiador, otro grupo de alanos, conducidos por Goar cruzaron
este río por esas fechas, pero al punto se unieron a los romanos y
se asentaron en la Galia. Si seguimos el derrotero de vándalos y
suevos en la Península Ibérica (la entonces Hispania) en 409, los
alanos se asentaron en las provincias de Lusitania y Cartaginense:
«Alani Lusitaniam et Carthaginiensem provincias, et Wandali
cognomine Silingi Baeticam sortiuntur» (Hidacio).
Los
vándalos silingos se asentaron en la Bética, los suevos en la
Galiciacostera y los vándalos asdingos en el resto de Galicia. En
412, el rey alano Atax o Attaces conquistó la ciudad de Emérita
Augusta (Mérida) y estableció en ella su corte durante seis años,
hasta que en 418 murió en una batalla contra los visigodos y esta
rama de los alanos, por consiguiente, apeló al rey vándalo asdingo
Gunderico para que aceptara la corona alana. Aunque algunos de estos
alanos permanecieron enIberia, la mayoría se dirigió al norte de
África con los vándalos en 429. Los posteriores reyes vándalos de
esta zona se hacían llamar Rex Wandalorum et Alanorum (Rey de los
vándalos y de los alanos).
En
la Galia, los alanos en un principio conducidos por Goar se asentaron
en diversas áreas, sobre todo cerca de Orleans y Valence. Bajo este
rey se aliaron con los burgundios de Gundahario (Gunther), con
quienes entronizaron al emperador usurpador Jovino. Con el sucesor de
Goar, Sangiban, los alanos de Orleans desempeñaron un papel crucial
al repeler la invasión de Atila en la Batalla de Chalons.
Tras
el siglo V, sin embargo, los alanos de la Galia se sumieron en las
luchas territoriales de los francos y los visigodos y dejaron de
tener la independencia de antes. Flavio Aecio congregó a numerosos
alanos en la región de Armórica para reprimir los levantamientos.
El nombre bretón de Alan (antes que el francés Alain) y muchas
poblaciones con nombres relacionados a «alano», como Alanville, son
considerados popularmente como evidencias de que un contingente de
este pueblo se asentó en la Bretaña.
En
la Península Ibérica se centraron en las provincias romanas de
Lusitania y Cartaginense. Llegaron a ser conocidos más tarde por sus
cacerías masivas y sus perros de pelea, que aparentemente
introdujeron en Europa. Una raza de esos canes, que sobrevive en el
País Vasco, aún lleva el nombre de «alana». Normalmente los
utilizaban en las cacerías de osos y para guardar el ganado.
Pero
no solo eso. Una parte del grupo de alanos germánicos junto con
visigodos se establecen en la parte noreste de la península y según
Encyclopedia Iránica dan su nombre a Cataluña, cuyos pobladores se
llaman los Got-Alanien. Actualmente la ciencia genética ha
descubierto una distribución geográfica de los marcadores genéticos
que han convencido a algunos investigadores de que existe una
conexión entre la antiquísima y profunda herencia sármato-alana y
el grupo G de línea paterna del ADN, especialmente el G2 (enlace en
inglés).
Alanos
y eslavos
Las
tribus alanas que moraban al norte del mar Negro pudieron haberse
trasladado hacia el noroeste, hacia la actual Polonia, mezclándose
con los pueblos eslavos para convertirse en los ancestros de las
naciones eslavas históricas (especialmente serbios y croatas).
Inscripciones
del siglo III encontradas en Tanais, un pueblo situado en el río Don
(Rusia), menciona una tribu alana de la zona llamadahoroatos o
horuatos (croatas). El historiador Ptolomeo identifica a los serboi
como una tribu sármata que vivían al norte del Cáucaso y otras
fuentes señalan que eran una tribu alana de la estepa del Don-Volga
del siglo III. Existen documentos donde aparecen de nuevo estos
nombres en el siglo V, en los que los serboi o serbios se
establecieron al este del río Elba, en la actual Polonia occidental,
y los croatas en laGalitzia polaca.
Las
tribus alanas probablemente migraron hacia el noreste y se asentaron
entre las tribus eslavas, dominándolas, movilizándolas y finalmente
asimilando su cultura. En 620 el Emperador Bizantino Heráclito
invitó a croatas y serbios a que expulsaran a los ávaros túrquicos,
asentándose entre grupos eslavos anteriores y convirtiéndose con el
tiempo en los antepasados de los modernos serbios y croatas.
Algunos
permanecieron en el Elba y sus descendientes son los modernos
sorbios. Las crónicas bizantinas y árabes del siglo X describen a
un pueblo llamado Belochrobati (Croatas Blancos) que vivían en el
alto Vístula, un área conocida más tarde como Crobatia. Los alanos
«orientales» y los hunos Otros alanos permanecieron bajo el control
de los hunos.
Estas
tribus orientales, aunque dispersas a lo largo de las estepas hasta
la Edad Media, fueron obligados a dirigirse al Cáucaso cuando
entraron los mongoles, donde se convirtieron en los modernos osetos.
Su adalid más famoso fue Aspar, el magister militum del Imperio
bizantino durante la década de 460. Asimismo, conformaron una red de
alianzas tribales entre los siglos IX y XII.
Mapa
con la localización de los alanos 650 d. C
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